Designado para predicar en China junto con el que será luego arzobispo de Manila Miguel Benavides, aprendió a hablar el dialecto min chino o chino del sur, al parecer en cinco meses, para poder predicar; desde la primavera de 1589, ya se atrevía a oír confesiones en chino, y en dos años aprendió unos tres mil caracteres de escritura, con ayuda de un profesor chino, Juan Sami, de forma que pudo leer libros en esta lengua; en una carta decía que se encontraba observando y traduciendo unos libros que “le han traído de China”, unos de comedias, otros de dinastías de emperadores, y, en particular, otro de itinerarios de China, que se puso a traducir de inmediato para enviárselo a Felipe II; tradujo al chino algunas obras de Séneca y el Catecismo (Doctrina Christiana en letra y lengua china, compuesta por los padres ministros de los Sangleyes, de la Orden de Santo Domingo, 1593, póstumo; se conserva un ejemplar en la Biblioteca Vaticana), así como, al español, el Mingxin baojian, 明心寶鑑, con el título de Espejo rico del claro corazón (1592), colección de aforismos y breves diálogos sapienciales de tradición confuciana, budista y taoísta, atribuida a Fan Liben. Se trata del primer libro chino traducido a una lengua europea. Sirvió en siglos pasados de libro de texto en las escuelas chinas para aprender a leer el español y se difundió por Corea, Vietnam y Japón.
Cobo y Benavides levantaron también un hospital y la iglesia de San Gabriel, en el parián o barrio chino, para los chinos conversos sangleyes de Manila. Cobo, aficionado a las matemáticas, divulgó también en Asia la astronomía occidental a través de un libro impreso de 62 páginas que contiene una primera parte de discusiones teológicas y una segunda de cosmografía occidental, posiblemente una traducción al chino de un libro suyo titulado De Astronomía. Se trata en realidad de una adaptación de la Introducción al símbolo de la Fe de fray Luis de Granada con el título de Shih Lu (sobre la base de la transcripción los dos últimos caracteres de las primeras palabras que aparecen en el libro chino: 實錄), Apología de la verdacera religión.
Fue enviado al Japón como embajador por el gobernador de Filipinas don Gómez Pérez Dasmariñas en 1592; desembarcaron en Taico Sama y allí Toyotomi Hideyoshi le recibió con grandes honores. La embajada estaba compuesta por el capitán Lope de Llano, Juan Cobo y dos intérpretes chinos cristianos de Manila, uno de ellos llamado Antonio López y el otro Juan Sami, “maestro de lengua china”. Allí les recibió el capitán Juan Solís y su criado Luis, que llevaban algún tiempo en la isla, a fin de facilitar más la comunicación. El objetivo principal de los embajadores era verificar la autenticidad de una carta amenazadora de Hideyoshi y conseguir la amistad de los japoneses o, en su defecto, retrasar la posible invasión de las Filipinas. Ajustó un tratado de paz por el que se consentía reanudar la predicación del Evangelio, hacía largo tiempo prohibida, en todo el imperio. Gracias a su gestión se reanudó, pues, el culto de la iglesia católica en el Japón. Embarcado hacia las Islas Filipinas, una furiosa tormenta le arrojó a la isla de Formosa, donde fue asesinado por sus habitantes en 1593.
Diego de Torres Rubio: Nació en Alcázar de San Juan, por entonces llamado Alcázar de Consuegra, en 1547. Comenzó su noviciado en Valencia en 1566, con diecinueve años. Ingresó en la Compañía de Jesús y alcanzó el grado de diácono. Más o menos en 1577 o en 1579 se embarcó para el Perú con otros dieciséis misioneros dirigidos por el padre Luis de Teruel, autor de un Tratado de las idolatrías de los indios del Perú escrito en latín, valioso por las informaciones culturales que suministra, y allí fue ordenado. Tras estar algún tiempo en Lima, pasó enseguida a Juli y, desde 1586 hasta su muerte, trabajó en la actual Bolivia como rector de los colegios de Potosí, La Paz y Chuquisaca (hoy Sucre). Aprendió primero el aymara y después el quechua, orden de aprendizaje que posiblemente refleja la mayor importancia que por entonces tenía allí el aymara. En 1612 hizo un viaje a Lima. En Chuquisaca ocupó la cátedra de aymara durante 30 años. Desde Potosí, en 1595, fue uno de los primeros jesuitas que visitó a los chiriguanos, en compañía del padre Yáñez. Publicó primero un arte quechua y aymara en Roma 1603, reeditado en Sevilla (1619); después un Arte aymara, con breve vocabulario, en Lima (1616) y otro quichua en Lima: imprenta de Francisco Lasso, 1619. Ambas obras fueron reimpresas después por su gran utilidad.1 Murió en Chuquisaca en 1638, a los 91 años.
Pedro Díaz Morante: Nació en Alcázar de San Juan en 1565. Se trasladó a Toledo en 1591 donde se ganó fama como un gran calígrafo y profesor de escritura, teniendo entre sus admiradores a Lope de Vega y Pérez de Montalbán, siendo además ambidextro. En 1612 se traslada a Madrid donde enseñó a escribir a varios nobles de la corte y donde escribió el libro Arte Nueva de Escribir, en el cual explica su método de caligrafía para escribir en estilo cursivo, publicado en cinco volúmenes entre 1615 y 1631. Murió en Madrid el 25 de marzo de 1636.

Isabel Ángela Prieto: Existen desacuerdos en cuanto al lugar de nacimiento de Isabel Prieto de Landázari; si bien la mayoría de las fuentes considera que nació en Alcázar de San Juan, Ciudad Real, España en 1833, algunos escritores como el español Julio Cejador y Fraucadeterminaron que en realidad nació en la Ciudad de México. Inclusive, hay otras fuentes que aseguran que nació en 1828 en territorio español.2 Era hija del panameño Sotero Prieto Olasagarre (en ese entonces, Panamá estaba bajo el dominio español) y la española Isabel González Bango de la Puebla, siendo la mayor de once hermanos.
A sus cuatro años de edad, su familia se mudó a México en donde Isabel se dedicó a estudiar. Ahí aprendió varios idiomas que le permitieron desempeñarse como traductora de obras literarias notables. Tiempo después, viajó a Guadalajara, Jalisco, lugar en el cual desarrolló la mayor parte de sus obras literarias. Se sabe que colaboró con el escritor francés radicado en México Alfredo Bablot en el periódico El Federalista. En 1864, ante la Intervención Francesa en México, se trasladó a la ciudad estadounidense de San Francisco, California. Un año después, en 1865, regresó a México y contrajo matrimonio con su primo Pedro Landázuri Diez, un político notable de esa época, se fue a vivir al barrio de Tacubaya en la Ciudad de México.
"Dotada de prodigiosa y facilísima memoria, concebía y daba forma a sus composiciones sin auxilio de la pluma, y las dictaba después a su esposo: puede decirse, a pesar de la gran extensión de la mayor parte, que todas ellas son verdaderas improvisaciones." Sus obras dramáticas pasan de catorce, y son las principales: Las dos flores, Los dos son peores, Oro y oropel, La escuela de las cuñadas, Duende y serafín, Abnegación, El Ángel del hogar, Una noche de Carnaval, Soñar despierto y Un lirio entre zarzas.
En 1874, su esposo asumió el cargo de cónsul de México en Hamburgo así que Isabel se mudó con él y su hijo Jorge (Blanca enfermó y falleció en Veracruz al esperar el barco que los llevaría a Hamburgo; el tercero nació en 1875, una vez que ya se hallaba en Alemania) a territorio alemán.
Murió en 1876 a causa de un infarto cerebral.

Vicente Arias Castellanos: Hijo de Juan Arias, del que también se sabe que era molinero, y de Bernabea Castellanos, fue el mayor de seis hermanos. La familia se trasladó a Daimiel y en 1851, cuando Vicente contaba dieciocho años, vivía en Ciudad Real con sus padres y trabajaba como aprendiz en un taller de ebanistería. Hacia 1875 empieza a ser conocido como afamado ebanista y constructor de guitarras y posee un taller propio en la calle Paloma de Ciudad Real. Para entonces ya había fallecido su padre, y su madre regentaba un estanco en la misma ciudad. Entre 1878 y 1879 el ya conocido guitarrista y compositor Francisco Tárrega le encarga a Arias una guitarra de tamaño más pequeño que el canon normal para que se pudiera adaptar mejor a sus características físicas y artísticas; el resultado fue tan satisfactorio que desde entonces fabricó ese nuevo tamaño estándar y creó escuela. En el año 1889 aún seguía en su taller de la calle Paloma de Ciudad Real, y al año siguiente rechaza el encargo de tres guitarras de un inglés porque tenía la mano dislocada por un accidente durante los carnavales. Se casó en primeras nupcias con Ceferina Flores y Sánchez, y tras enviudar, aparece nuevamente casado hacia 1910 con Josefa Puertas de Robles, natural de Lanjarón (Granada), de la que no tuvo descendencia. En los años 1898 y 1900 comienza a aparecer su nombre en las guías comerciales o Anuarios del Comercio Bailly-Baillière como fabricante de guitarras en Ciudad Real. En las ediciones posteriores aparece con residencia en Madrid, adonde ha trasladado su negocio, ya que la gran mayoría de sus guitarras las vendía en la capital de reino y tenía que trasladarlas allí. Instaló su taller en la calle Santa Isabel, 20, y su domicilio particular en la calle del Álamo, 3, donde vivió hasta su fallecimiento, el 19 de enero de 1914.
Ángel Lizcano Monedero: Nacido en 1846 en Alcázar de San Juan, un 24 de noviembre, marchó a Madrid a los siete años, donde sus padres iban a regentar una librería. Con catorce empezó a estudiar en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y allí recibió clases de Francisco Mendoza, obteniendo las mejores calificaciones. Realizó copias del Museo del Prado, en especial de Goya, Velázquez y Murillo, pero también los contemporáneos Eugenio Lucas y Leonardo Alenza y otros autores españoles. Fue pensionado en 1869 por el marqués de Bedmar para terminar su formación en Italia; luego viajó mucho por toda España tomando apuntes del natural y participó en las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes; en ese mismo año vendió un cuadro a Amadeo de Saboya. Obtuvo en estas exposiciones cuatro medallas (1876, 1878, 1881, 1887) por sus cuadros Cervantes y sus modelos, Carlos II visitando el monasterio de Cardeña, La cogida del diestro y Exposición de dos polichinelas que representan la Monarquía y la República. También participó en la Exposición Universal de París de 1878. Llevó una vida itinerante entre Madrid, Ávila, Toledo, El Escorial, Aranjuez y Alcázar de San Juan.
Después de veinte años de participar en estos concursos, se consagró en su faceta como dibujante y grabador, que fue muy fecunda: hizo más de ochocientos dibujos para todo tipo de revistas, libros y carteles; en especial se especializó en ilustrar publicaciones taurinas como La Lidia y La Semana Ilustrada, pero también colaboró asiduamente en La Ilustración Española y Americana; entre los libros ilustró los Episodios Nacionales de Benito Pérez Galdós, de quien era un gran amigo (de los cincuenta grabados para el episodio Juan Martín el Empecinado, Lizcano hizo cuarenta y uno), y piezas teatrales cómicas de Vital Aza (en la colección Teatro moderno), Tomás Luceño (en esa misma colección), Ramos Carrión y Ricardo de la Vega (los volúmenes de Teatro escogido). En la editorial barcelonesa Artes y Letras se ocupó de ilustrar el libro Luces y colores y los Sainetes de Ramón de la Cruz. El fotógrafo parisino Jean Laurent fotografió su obra para las postales de la época.
Al frisar los cincuenta años, y a causa del fallecimiento de su mujer, le aquejaron algunos trastornos mentales que le acompañaron hasta el final de su vida, aunque no dejó de pintar y dibujar y, para librarlo de la pobreza, lo nombraron profesor de dibujo y colorido del Círculo de Bellas Artes de Madrid; aunque el ayuntamiento de Alcázar de San Juan le concedió una pensión para socorrerlo en 1929, ese mismo año ingresó en el manicomio del Hospital de Santa Isabel de Leganés, donde murió poco después.
Según el historiador Enrique Lafuente Ferrari, Ángel Lizcano es uno de los más tremendos ejemplos de "artista maldito", producto típico del siglo XIX, pues, tras los primeros años de éxitos en Madrid, en los que parecía que el futuro le depararía una carrera oficial de cierta importancia, su estrella vital y profesional se oscureció y fue paulatinamente apagándose hasta no ser más que un ligero destello en el firmamento español de las artes de su tiempo. Falleció en Leganés el 31 de julio de 1929.23
Sus obras poseen un excelente dibujo y un acabado arenoso. Cultivó el retrato y los temas histórico-literarios (Cervantes y sus modelos, Entrevista de Carlos V y Francisco Pizarro antes de partir para la conquista del Perú, Carlos II visitando el monasterio de Cardeña, Doña Jimena pidiendo justicia, contra el Cid, matador de su padre, La comida de Sancho en la ínsula Barataria) y populares, es especial de tradición goyesca (La romería de San Isidro) y taurinos (La cogida del diestro, La cogida). Realizó también obra religiosa, como el retablo de una capilla de la iglesia de Nuestra Señora de la Desconsolación en el desaparecido convento de los agustinos de Madrid, a los que se hallaba muy unido, y recibió la atención de los críticos de la época, como Ramón Pulido, Juan de la Encina, Gil Fillol o Francisco Alcántara. En 1967 el Ayuntamiento de Alcázar de San Juan le rinde homenaje con una gran exposición de su obra. En el Museo Municipal de su localidad natal se presentó, en 1994, la muestra «El pintor Ángel Lizcano en la Familia Ramos-Cárdenas», y en 1996, con motivo de celebrarse el 150 aniversario de su nacimiento, de nuevo el Ayuntamiento alcazareño organizó la exposición antológica Ángel Lizcano Monedero.
En la actualidad y desde hace más de una década, la ciudad de Alcázar de San Juan celebra un certamen en su honor "Certamen de Pintura Rápida Noctura Ángel Lizcano Monedero".

Luisa Alberca: Nació el 9 de agosto de 1920 en Alcázar de San Juan como la menor de cinco hermanos, que quedaron huérfanos de madre cuando ella contaba cuatro años. Tras el matrimonio de sus hermanos, su padre y ella se trasladaron a Madrid. Entre 1930 y 1934 vivió en Alicante con su hermana Isabel. Allí estudió en la Escuela Profesional de Comercio, carrera que terminó luego en la Escuela Central Superior de Comercio de Madrid.
Al terminar la Guerra Civil, ingresó en 1941 como administrativa en el Ejército del Aire; salvo un breve periodo de excedencia, permaneció como funcionaria de la administración civil del estado hasta que se jubiló en junio de 1986. En 1943 contrajo matrimonio con su compañero de trabajo Juan José Bretón Fernández, un funcionario natural de Nájera, con quien tuvo dos hijas, María Elisa y Elvira, nacidas en 1944 y 1948 respectivamente.
Por entonces leía bastante a Concha Espina y publicó sus primeros relatos en los semanarios Domingo, Letras y Siluetas, algunos de ellos con ilustraciones de Lorenzo Goñi. En 1946 un cuento suyo, Renunciación, firmado como Luisina Alberca, fue incluido por Federico Carlos Sainz de Robles en su antología Cuentistas españolas contemporáneas(Madrid: Aguilar, 1946), junto con otra veintena de autoras. Se presentó además al premio Café Gijón con el cuento Cedros sombríos y al Premio Hucha de oro con El negativo. También trabajó en una adaptación cinematográfica de La rosa del azafrán para un concurso. Su primera novela Patricia Rilton (1950), quedó entre las finalistas del Premio Nadal, y en otras dos ocasiones sus obras fueron seleccionada para el mismo (Perjurio, por ejemplo).
Cuando se presentó al concurso de guiones radiofónicos la Cadena SER "Tu carrera es la radio" conoció al también candidato Guillermo Sautier Casaseca, con quien comenzaría a colaborar poco después. Su primera y más conocida obra en colaboración fue la radionovela Lo que no muere (1952), que marcó el pistoletazo de salida para un género extremadamente popular presente en la vida cotidiana de los españoles durante cerca de tres décadas y muy influyente en la denominada educación sentimental de las generaciones marcadas por el ambiente represivo del franquismo y el escapismo que producía ese tipo de cultura popular. Cuando fue publicada como novela vendió 200.000 ejemplares en pocos días. Fue además estrenada en teatro el 7 de agosto de 1953 en el Romea de Barcelona, y en cine en 1955 como Lo que nunca muere dirigida por Julio Salvador, interpretada por Conrado San Martín y Vira Silent. Más tarde elaboraría otras novelas que luego adaptaría al serial, como Turismo a París, que se convirtió en Amor en París, publicada en 1959 por la editorial Pentágono.
En 1958 la editorial REM publicó su cuento para niños Los mensajeros del diablo. Un par de años antes había declarado sentirse muy satisfecha de su novela La última dicha y que le hubiera gustado escribir La montaña mágica de Thomas Mann. El manantial, de Ayn Rand, era la novela que más veces había leído, según confesó a la prensa, y admiraba también la obra literaria de escritoras como Carmen Laforet, Elena Quiroga y Ana María Matute.
Sin embargo Luisa Alberca era consciente que su dedicación a los seriales radiofónicos suponía un hándicap para su carrera literaria, y lo declaró en una entrevista de enero de 1961 concedida a Hoja del Lunes de Madrid.
Declaró que tomaba sus personajes de la vida misma, y que a muchos los conocía y trataba, por ejemplo a los de su novela Un arrabal junto al cielo. También afirmaba que un serial de cuarenta capítulos tardaba en escribirlo quince o veinte días, trabajando en él seis u ocho horas diarias. Sentía cierta predilección por el diálogo y procuraba conjugar en todo momento intriga, pasión y entretenimiento. Además de guiones de seriales radiofónicos y novelas populares, también probó con el teatro: algunos de sus seriales radiofónicos con Sautier se adaptaron a la escena, bien con escaso éxito, como La dama de verde y La segunda esposa, que sufrieron la enemiga del crítico Alfredo Marqueríe, bien con mejor fortuna, como En nombre del hijo y La casa del odio. Colaboró además con el escritor alicantino Fernando Martínez Beltrán, con quien escribió las piezas teatrales La mujer de cristal y Sin celda, representadas en diferentes localidades catalanas, la segunda con bastante éxito.
A principios de los sesenta Alberca y Sautier pusieron fin a sus colaboraciones radiofónicas, porque Sautier recurrió a Rafael Barón Valcárcel cuando ambos consiguieron el memorable éxito de Ama Rosa. Tras su paso por la SER, Alberca comenzó a escribir como independiente para La Voz de Madrid, emisora cabecera de la Red de Emisoras del Movimiento (REM). En esta cadena uno de sus grandes éxitos fue Palabras en la tierra, texto que a petición de sus oyentes fue editado en formato de libro. La escritora mantuvo estas colaboraciones radiofónicas hasta los años sesenta del pasado siglo, adaptando para las ondas más de cincuenta novelas. Por entonces empezó a colaborar en los guiones de su sobrino José Luis Pécker.
Jubilada desde 1986, falleció a los 86 años, el 25 de octubre de 2006 en Logroño, La Rioja.
Enrique Rubio: Especializado en temas de sucesos desarrolló su carrera en los tres medios: prensa, radio y televisión. En su primera juventud, ejerció la profesión de su padre: ferroviario, y luego se trasladó a Zaragoza, donde trabajó como telegrafista.
Sus primeros contactos con el mundo de la comunicación fueron como caricaturista, en publicaciones como Informaciones, Marca o Solidaridad Nacional, donde poco a poco fue compaginando el dibujo con la escritura, para consagrarse definitivamente a la profesión de periodista. Desde un primer momento se dedicó a los sucesos, y en ellos seguiría el resto de su vida, llegando a recopilar hasta 20.000 sucesos en su particular Timoteca Nacional.
Fue uno de los impulsores de los diarios El Caso y ¿Por qué?; trabajó en Radio Nacional de España, colaborando en el programa Protagonistas de Luis del Olmo y escribió en La Vanguardia. Considerado además uno de los pioneros de Televisión española, en la que trabajó entre 1959 y 1979. Especialmente recordado fue el espacio Investigación en marcha.
En la última etapa de su vida, continuó colaborando en diferentes medios como TV3, Telemadrid o Antena 3 Televisión, siguió dando charlas y publicando libros.
Entre sus libros, destacó La Timoteca Nacional: Enciclopedia de la picaresca española (1984) y La Timoteca Nacional: Olor a timo (2000).

Antonio Fernández Molina: Abandonó su trabajo de maestro para dedicarse por completo a la literatura y al arte. Vinculado al Postismo, Antonio Fernández Molina fue secretario de redacción de la revista Papeles de son Armadans, dirigida por Camilo José Cela en Mallorca. Realizó una singular obra tanto en narrativa (Un caracol en la cocina, El león recién salido de la peluquería o En Cejunta y Gamud), como en poesía (recopilada en tres tomos de Poesías completas), sin olvidar el teatro y el ensayo (donde destacó con obras sobre la Generación del 98, sobre Salvador Dalí o sobre la obra literaria de Pablo Picasso). También llevó a cabo una extensa obra como artista plástico, en la que destacaba su particular sentido del color.
Trabó muy buena amistad con Miguel Labordeta, lo que le decidió a instalarse en Zaragoza, donde desarrolló buena parte de su obra. En Zaragoza conoció a Carlos Sierra Pérez, al cual ayudó en buena parte a su revista Laberinto. Tras el fallecimiento de Antonio Fernández Molina, Carlos Sierra propuso la creación del Centro Cívico A. F. Molina en la localidad zaragozana de Alagón. Hoy día el Centro es un lugar activo donde se crean constantes exposiciones y presentaciones literarias.
El león recién salido de la peluquería es su novela más conocida, publicada en 1971 por Seix-Barral. Narración aparentemente realista, pero que luego entra en una senda de surrealismo indiscutible, presenta el noviazgo, tan repentino en su arranque como extraño en su desarrollo, de Malva y Juan, dos jóvenes que se conocen por casualidad en el autocar que les conduce a un pueblecito de una Castilla onírica. En ocasiones, presenta rasgos de humor muy notables.
Fue propuesto como candidato al Premio Príncipe de Asturias de las Letras y es hijo predilecto de Alcázar de San Juan, su localidad natal.
En el plano familiar, se casó con Josefa Echeverría, natural de Casa de Uceda, dónde Antonio Fernández Molina vivió unos años durante la guerra civil y dónde seria enterrado posteriormente. En esta localidad, se puede encontrar una escultura homenaje en el exterior de la parte posterior de la Iglesia de San Bartolomé con vistas a las eras. Juntos, criarían a seis hijas.
José Corredor: Nacido en el centro de La Mancha, vive en Barcelona desde 1936. Se licenció en Derecho en dicha ciudad y empezó a destacar como crítico de arte, traductor, antólogo y poeta. Fue además jefe de redacción de la Editorial Espasa-Calpe y director del Gran Larousse Català. En 1953 publicó su primer poemario, Ocasiones para amarte; posteriormente ha ido ampliando su obra poética, recogida al completo en Desolación y vuelo (Tusquets, 2011).
Su lírica hay que colocarla entre la de los poetas de los cincuenta que tratan de ir más allá de la realidad aparente: José Ángel Valente, Antonio Gamoneda y el también manchego Ángel Crespo. Como a ellos, la "sed de absoluto" le desvincula del realismo confesional para avanzar hacia el Culturalismo y la poesía esencialista de formas desnudas. En el caso de Corredor, y desde Carta a Li Po, ese culturalismo está especialmente marcado por el Taoísmo y el Budismo, en busca del despojamiento de la palabra poética, de la poesía pura o desnudez que perseguía Juan Ramón Jiménez, muchas veces a través de las impresiones paisajísticas efímeras propias del haikú. Esta obra lírica ha sido reconocida con premios como el Boscán (1961) y el Nacional de Literatura (2005). También es medalla de oro de la Universidad de Castilla-La Mancha (2007)
Como crítico de arte ha escrito no menos de una cincuentena de monografías sobre arte contemporáneo, arquitectura, simbología, diseño y artes populares. Ejerció la crítica de arte en Destino y colaboró en La Vanguardia, Revista, Cuadernos de Arquitectura, etc. de Barcelona, y en Nous Horitzons de México. También ha participado en la organización de exposiciones del Colegio de Arquitectos de Cataluña y Baleares. Por esta labor se le hizo académico correspondiente de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y recibió el Premio de las Artes Plásticas de la Generalitat de Cataluña, en 1993 y la Creu de Sant Jordi en 1988. Medalla de Oro al Mérito Cultural del Ayuntamiento de Barcelona en 2003.
Su labor de traductor y antólogo halla su cumbre con Poesía catalana contemporánea (1983, reed. en 2001), que recibió el Premio Nacional de Traducción entre Lenguas Españolas en 1984.
En su haber también el Premio Ciudad de Barcelona de Literatura (2007)
Es hijo predilecto de Alcázar de San Juan y de Castilla-La Mancha.
Antonio Díaz Miguel: Estudiante del Instituto Ramiro de Maeztu de Madrid, Díaz-Miguel se inclinó tarde por el baloncesto. Él jugaba al fútbol y capitaneaba al equipo del instituto. Pero en 1950, cuando él contaba con 16 años, el instituto fundó el Club Baloncesto Estudiantesy decidió cambiar de deporte. Era muy alto para la época (medía 1,86 metros) y apuntaba cualidades también para el deporte de la canasta. En seguida destacó por su garra y habilidad en el juego interior, jugando como pívot.
Fichó por el Real Madrid y llegó a ser 26 veces internacional con la selección de baloncesto de España entre 1952 y 1959, participando en dos ediciones de los Juegos Mediterráneos: en los de 1955, donde la Selección ganó la medalla de oro, y los de 1959.
Tras su retirada como jugador de baloncesto inició su carrera como técnico en el Club Águilas de Bilbao, ciudad donde estudió la carrera de ingeniería.

Domingo Oropesa: El Arzobispo de Toledo, Cardenal Marcelo González Martín, lo ordenó como presbítero el 15 de julio 1984. El Papa Benedicto XVI lo designó como Obispo de Cienfuegos el 9 de julio de 2007.
Recibió su consagración episcopal del actual Arzobispo de Camagüey, Juan García Rodríguez, el 15 de septiembre del mismo año, fueron co-consagrantes Antonio Cañizares Llovera, en aquel entonces Cardenal, Arzobispo de Toledo, hoy prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos desde 2008 en la Curia Romana y Emilio Aranguren Echeverría, Obispo de Holguín, quien había sido el anterior obispo de Cienfuegos.
El obispo Mons. Domingo Oropesa Lorente funda el 14 de julio de 2013 a los Misioneros de la Caridad que desaparecieron en Cuba en el 1961. Hoy la fundación está presente en Puerto Rico y recientemente en la República Dominicana.

Emilio Gavira: Emilio Gavira nació en Fuengirola, aunque a los pocos años se estableció con su familia en Alcázar de San Juan (Ciudad Real). Físicamente, lo primero que llama la atención de él es su corta estatura, debido al enanismo que padece.

Daniel Fernandez Delgado: Desde muy joven se empezó a interesar por el mundo de la música, y recibió clases de canto.
En 2006, con sólo 14 años, fue escogido para representar a España en el Festival de Eurovisión Junior, que se celebraba en Rumanía, interpretando el tema Te doy mi voz.
Durante el concurso, tuvo problemas con el cambio de voz producido por la adolescencia, pero consiguió una buena posición dejando a España en el cuarto puesto. En 2006 ganó el concurso infantil Ciudad Real Suena.
En enero de 2009 participó en la boyband Auryn, junto a sus cuatro amigos y compañeros Álvaro Gango, Blas Cantó, Carlos Marcoy David Lafuente. Auryn ganó gran popularidad después de haber participado en Destino Eurovisión, el proceso de selección para representar a España en Eurovision 2011, llegando a la final 2º.
En la semifinal celebrada el 11 de febrero de 2011, los concursantes tuvieron que elegir otro clásico de Eurovisión, cantaron "Eres tú", de Mocedades que terminaron en segundo lugar en Eurovisión 1973 para España.
Calificaron por decisión del jurado a la final donde fueron uno de los tres mejores.
Cada finalista tenía que cantar tres canciones originales. Auryn cantó "Evangeline", "El sol brillará" y "Volver".
Este último tema fue elegido como su última canción. Finalmente la entrada de calificación español para Eurovisión 2011 fue a Lucía Pérez y su canción "Que me quiten lo bailao".

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