martes, 26 de febrero de 2019

Villanueva de los Infantes (Ciudad Real)

Santo Tomás de Villanueva: fraile agustino y arzobispo de Valencia.
Camilo-santo tomas de villanueva-prado.jpg

Bartolomé Jimenez Patón: humanista, gráfico y retórico.

Francisco de Quevedo: escritor.
Quevedo (copia de Velázquez).jpg

Juan Hurtado: maestro, calígrafo y pedagogo español de la primera mitad del siglo XVII.
Poco se conoce sobre él sino lo que aparece en sus escritos conservados. Era natural de Villanueva de los Infantes, familiar de la Inquisición y "Maestro del Colegio de Santiago y casa de las Vírgines españolas de Milán".

Tomás de la Virgen: fue un Religioso Descalzo de la Orden de la Santísima Trinidad que destacó por sus virtudes tras pasar cuarenta años en cama. Durante ese tiempo fue buscado como consejero espiritual por los personajes políticos y religiosos más importantes del siglo XVII. Pío VII aprobó sus virtudes en grado heroico y lo declaró Venerable. Sus restos se veneran actualmente en la iglesia de la Santísima Trinidad de Valdepeñas, donde se conserva como reliquia la cama en la que pasó los últimos cuarenta años de vida.
Fr Tomás de la Virgen.jpg

Juan de Cueto y Mena: Es de suponer que habría estudiado Humanidades con su contemporáneo y coterráneo, el ilustre humanista Bartolomé Jiménez Patón, en Villanueva de los Infantes, pues los elogios que constan en los preliminares a sus obras lo reputan de erudito y gran latinista; sin embargo, lo único que sabemos a ciencia cierta es que estudió y se licenció en Derecho y no llegó a ejercerlo. Arribó a Cartagena de Indias en 1636 y el 12 de enero de 1637 contrajo matrimonio con Juana Osorio de Quiñones, que falleció en 1668 dejándolo viudo. En Cartagena desempeñó los oficios de boticario (farmacéutico) y prestamista, lo que le dispensó una situación económica desahogada, por más que en 1668, con motivo de un enredo comercial en que se vio implicado por sus actividades como prestamista, le fueran embargadas sus propiedades y fuera a la cárcel hasta mediados del año siguiente, cuando se realizó el remate de sus bienes, entre los cuales figuraban "doscientos libros, grandes y pequeños, tocantes a diferentes facultades".

Fernando de Ballesteros Saavedra: Era hijo de Juan de Ballesteros y Saavedra, un caballero que ostentó diversos cargos en la administración del partido del Campo de Montiel, por ejemplo Regidor y Depositario General de Villanueva de los Infantes, y de Catalina Abad de Moya, natural de Villahermosa. Aún niño debió de mudarse a Villanueva de los Infantes, donde su padre sucedió en diversos cargos a su abuelo y en donde debió recibir la primera educación. A partir de sus escritos se puede concluir que fue a la universidad: en uno de ellos se titula como licenciado y, hacia 1615, fue capitán de Infantería de las milicias de Villanueva de los Infantes. Amistó con otras importantes figuras de la época que vivieron en esta comarca, pero cuya celebridad supera sus límites: Bartolomé Jiménez Patón, quien le elogia en su Elocuencia española, de Pedro Simón Abril y de Francisco de Quevedo, con quien se carteó. Tuvo una gran actividad literaria que fructificó en varias obras que denotan una gran erudición. Mereció el elogio de Lope de Vega en la silva cuarta de su Laurel de Apolo. Su obra más importante es un manuscrito inédito fechado en 1619, El regidor cristiano, dedicado a su padre. Tras un largo "Prólogo al lector" y una "Introducción", se divide en tres "Discursos" o partes que el propio autor distingue: "Las cosas tocantes a la religión", cuatro capítulos; "Cosas tocantes a la Policía", diez capítulos; y la tercera, "Cosas tocantes a la Jurisdicción", dieciséis capítulos. Concluye con un epílogo que es casi una simple nota. En suma, consiste en un enjundioso tratado de administración local.
Además de su actividad literaria fue familiar del Santo Oficio y desempeñó diversos cargos en la organización administrativa que la Orden de Santiago tenía en la comarca del Campo de Montiel, llegando a ser capitán de milicias y gobernador del partido entre 1645 y 1647. Su tío del mismo nombre, con quien no debe confundírsele, como hizo Nicolás Antonio, fue abad mayor de la iglesia magistral de San Justo y Pastor de Alcalá de Henares y vicario y visitador del Ilustrísimo de Toledo en Cazorla y su distrito y en Ciudad Real y su distrito y escribió, entre otras obras, una Vida de San Carlos Borromeo (1642).

Antonio de Molina: Hijo de Antonio y de Francisca Herrera, en 1575 profesó en la casa que la Orden de los Ermitaños de San Agustín tenía en Salamanca. Se doctoró en Teología y Cánones y enseñó Teología como lector de su orden en el convento de Soria, donde también era prefecto; en 1602 escribió, según Nicolás Antonio, una serie de cartas al confesor de Felipe III, muy prolijas, en defensa de la inmunidad y exención de tributos del clero; en busca de un más estricto ascetismo se hizo cartujo y pasó a la Cartuja de Miraflores, en Burgos, donde alcanzó la diginidad de Prior. Allí está sepultado.
Escribió en español una celebérrima Instrucción de Sacerdotes (1608) que alcanzó según Nicolás Antonio más de veinte ediciones en menos de sesenta años, entre ellas tres en Colonia y dos en Amberes, y fue traducida por el dominico belga Nicolas Jaussen Boy o Nicolás Jansenio al latín, en cuya forma alcanzó cinco ediciones (Amberes, 1618, 1644; Colonia, 1626, 1711 y 1712), y por René Gaultier al francés, en cuya lengua conoció las ediciones de París, 1643 y Lyon, 1639. El jesuita John Floyd o Juan Floydus la tradujo al inglés (San Amaro, 1613 y 1652). La versión italiana es muy posterior (Turin, 1865). La obra fue sin embargo atacada por el jansenista Antoine Arnauld (De la fréquente Communion, 1643) y defendida por Petavius (Dogmata theologica, De Pœnitentia, lib. III, cap. vi; nueva edición, Paris, 1865-7, VIII, 286-8). De unos Ejercicios espirituales (Burgos, 1615) se hicieron no menos de cuatro ediciones más y fue traducida al italiano. También escribió para legos unos Ejercicios espirituales para personas ocupadas de cosas de su salvación (Burgos, 1613).

Matías de Arteaga y Alfaro: fue un pintor y grabador barroco español, adscrito a la escuela sevillana, que supo recoger en su pintura e interpretar con personalidad propia la doble influencia de Murillo y Valdés Leal.

Estebán Perez de Pareja: escritor.

Ramón Giraldo de Arquellada: político y jurista.

Pedro Collado Peralta: Nació en Villanueva de los Infantes, aunque se casó en Alcaraz, donde desempeñó la cátedra de latinidad desde el 10 de octubre de 1623. Desde 1635 hasta su muerte en 1641 estuvo en Antequera con igual función. Publicó en Valencia en 1630 su Explicación del libro cuarto del arte nuevo de gramática de Antonio, es decir, de Nebrija. También escribió un arbitrio sobre la reforma de los estudios de gramática contra la propuesta esbozada por Pedro Fernández de Navarrete; pero de nada sirvió su escrito porque la norma de suprimir tales estudios en los pueblos pequeños salió adelante causando grave perjuicio a la enseñanza elemental y media.

Antonio García Bellido: arqueologo.

Carlos Saura Riazza: pintor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario